7 maneras fáciles de unir a los jugadores sin reuniones aburridas
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7 maneras fáciles de unir a los jugadores sin reuniones aburridas

En el fútbol, ​​el espíritu de equipo es casi la mitad de la batalla, pero mantener esta atmósfera puede ser más difícil de lo que parece desde afuera. Sinceramente, todas estas reuniones oficiales a menudo asustan mucho o simplemente cansan a los jugadores. Para que un equipo sea un equipo, basta con encontrar algunas formas sencillas y cotidianas de permanecer unido (y no es necesario que esto implique pasar mucho tiempo en la oficina).

Lo primero que funciona sin fallas es el hábito de permanecer después de entrenar al menos 10 minutos. No para analizar tácticas o regañar a alguien por un error, sino simplemente sentarse en un banco juntos, intercambiar algunas palabras, bromear y recordar un momento divertido. Estos momentos de comunicación informal unen a las personas mejor que cualquier reunión formal.

Si es posible, vale la pena organizar mini torneos amistosos juntos o incluso simples torneos bidireccionales del tipo “tuyo contra tuyo”. Uno o dos partidos fuera de los partidos “serios” permiten relajarse, sentir al equipo y vivir emociones en un ambiente de torneo, pero sin presión por el resultado.

Otra receta probada son las pequeñas tradiciones durante los calentamientos: desde el primer “hola” se crea un microclima especial, cuando el equipo realmente se une y comparte su estado de ánimo. Pueden ser chistes cortos, saludos de fútbol o lanzar un balón con cierto «entusiasmo»: lo principal es que haya un sentido de comunidad.

Sería una buena idea ir a algún lugar juntos después del juego: una cafetería, una pizzería o incluso simplemente una reunión informal al aire libre. No por “disciplina”, sino por placer, para que todos sientan: Un equipo no es sólo un juego, es también un trozo de vida.

Celebrar las buenas acciones en el campo es otra forma de animar a los jugadores. No deberías esperar una racha ganadora para elogiar a alguien por una gran entrada, un buen pase o una parada exitosa. Cuando un jugador sabe que su aportación se nota, empieza a creer aún más en el equipo.

Puedes intercambiar roles varias veces por temporada: por ejemplo, dejar que uno de los jugadores dirija el calentamiento en lugar del entrenador o el capitán. Esto te ayudará a sentirte diferente y a ver que cada persona en el equipo es un individuo y un creador de una atmósfera compartida.

Y por último, no tengas miedo de hablar fuera del juego sobre algo no relacionado con el fútbol: comenta un meme divertido, planes para el fin de semana o incluso pide consejos para comprar zapatillas nuevas. Esto crea una sensación de que juntos es divertido en cualquier lugar, no sólo en el campo.

Lo principal es que un verdadero equipo nazca no donde hay mucho patetismo, sino donde cada uno sea más que un simple compañero de juego para el otro. Ésta es la clave de una verdadera cohesión, que no se desvanece ni siquiera después de que suena el silbato.

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