Cómo trabajar en tu tiro cuando tienes poco espacio y tiempo
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Cómo trabajar en tu tiro cuando tienes poco espacio y tiempo

La realidad del fútbol amateur o incluso semiprofesional es a menudo simple: hay una gran falta de tiempo para entrenar, puede haber incluso menos espacio en el campo y el deseo de perfeccionar el tiro nunca desaparece. Por eso he buscado repetidamente una forma de trabajar mi tiro en condiciones bastante modestas. Y sabes, con el tiempo me convencí de que las limitaciones no necesariamente arruinan el progreso, a veces incluso te quitan la máxima concentración y te hacen perfeccionar la técnica real.

Hay una verdad simple en el fútbol: la calidad de un tiro no está determinada por el número de metros hasta la portería, sino por la precisión del movimiento y la regularidad de las repeticiones. Incluso en una pequeña porción del patio donde no hay suficiente espacio para correr, puedes crear todo un campo de desarrollo para ti: en lugar de una puerta grande, es suficiente una esquina de una pared o un objetivo estrecho, como uno de plástico o incluso una caja pequeña. Lo principal es marcarse objetivos pequeños pero claros: dar en el blanco desde diferentes distancias, sin darte descuentos incluso cuando parezca que “hoy es más fácil”. Esta precisión en el juego y el trabajo regular en la colocación del pie en el momento del impacto afectan directamente a la calidad de los partidos.

Lo más importante es que en un espacio estrecho tienes que aprender a golpear rápidamente, literalmente con un toque, porque no hay tiempo para hacer swing o buscar un ángulo favorable. Este hábito, por cierto, es genial para los momentos de juego en los que necesitas actuar en un instante y los defensores ya están pisándote los talones. Siempre recomiendo añadir un elemento sorpresa: practica golpear después de un toque corto, un lanzamiento pequeño o incluso después de una finta unidireccional; incluso si la pelota vuela desde una posición incómoda, tu psique estará lista para esto en el partido.

Y lo más importante que he descubierto a lo largo de los años es que la imaginación es una herramienta de entrenamiento igualmente importante. Cuando practicas tu tiro en una entrada estrecha, en un estacionamiento o incluso en tu propia habitación, imaginas que la pelota golpea el lugar exacto que elegiste y sientes una sensación de responsabilidad casi tanta como la que sentirías en un juego real. Esto enseña no sólo técnica, sino también confianza en el momento crucial. No esperes condiciones ideales: rara vez se dan en el campo. Entrena tu base dondequiera que haya al menos un metro de espacio libre, y sentirás que un verdadero tiro se forma no en la sala de entrenamiento, sino en la terquedad y el deseo de buscar oportunidades de jugar incluso fuera del estadio.

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